Barbara Loden I Estados Unidos I 1970 I 103 min
Wanda es un diamante celeste que volvió a brillar gracias al trabajo de archivistas y conservadores quienes en 2007 la recuperaron de un archivo donde estaba enterrada bajo una pila de latas olvidadas de publicidades, películas de bajo presupuesto, cortos experimentales y demás sobrantes de la historia audiovisual. El negativo original de 16mm sobrevivió y pudo ser restaurado. Por efecto de ese primer envión, hoy uno puede ver desde cualquier parte del mundo cómo la única obra dirigida por la actriz Barbara Loden es una rara avis del cine de los setenta estadounidense no solo por la libertad con la que filma (la cámara siempre en mano, acelerada o contemplativa según el caso) sino porque acá se instaura con un realismo furioso entre dientes una comba de lo que la sociedad espera que una mujer sea.
Wanda primero es alguien que camina como un lunar entre montañas de carbón, después es una madre divorciada que rechaza ante un juez su rol de encierro dentro de la cocina y a merced de su familia. Así Wanda escapa, pero no por deseo sino por efecto de su negación. Conoce un ladrón de poca monta, vagan por ahí, se encierran en un hotel a esperar que el cielo azul pase, baje y suba de nuevo por la ventana para agarrar ruta. Pero de nuevo ¿a dónde va Wanda? cuáles son sus intenciones?. La crisis de un viejo mundo se quiebra y extiende sus fisuras hasta tocarle los zapatos a una mujer que casi no acciona, habla poco y como metida en una anti Bonnie and Clyde, se vuelve cómplice de un hombre, un fracasado, un charlatán, que tampoco puede constituirse como lo que su padre espera. Wanda no elige, Wanda rechaza y así, avanza entre escenas muertas y arquitecturas rotas, así Wanda vaciada va.
Σχόλια