Algunos dirán que esto es sadismo puro, una experiencia desagradable para sus frágiles estomágos. Es que el propósito de The Nightangale es ubicarnos en tiempo y espacio a los golpes y machaques. Quiere hacernos entrar a la fuerza a una de las épocas más sanguinarias de la historia . Podría estar hablando de alguna de las dos guerras más tremebundas que sacudieron el siglo XX. Pero creo, y las imágenes de la directora Jennifer Kent bien lo demuestran, que el siglo XIX con sus campañas, masacres y genocidios en nombre del progreso y la civilización es un época oscurísima, donde cualquier comportamiento inhumano era impune, se contagiaba y esparcía como reguero de pólvora.
Es tan brutal y tan explícita que por defecto es clarísima en sus mensajes. Uno feminista y otro antirracista. Por un lado, está la sed de venganza de la joven irlandesa hacia los tres soldados ingleses culpables de asesinar a su marido y a su bebé. Por el otro, está la denuncia al racismo y a la cacería monstruosa que se hicieron en tierras australianas.
Estamos del lado en el que hay que estar. Sufrimos por los que hay que sufrir. Sabemos quien es el enemigo y muerto lo queremos
Comments