Whit Stillman I Estados Unidos I 113 min I 1998
No sé que tanto me interesa ver un grupo de yuppies de los 80’s bailando, conversando y pasando el rato en los baches que les deja su vida empresarial pero Whit Stilmman hace que ni me lo cuestione. La película cae de explote en la vereda de un boliche bien pituco de NY, cuelga un rato en la fila, presenta a sus personajes, y al toque nomás uno ya esta bailoteando en su lugar al ritmo de Good Chics.
Las protagonistas son Charlotte y Alice. Dos Jóvenes de vientitantos, recién recibidas, entregadas a un futuro al cual su estatus social les permite volantearlo a su capricho aunque eso no implique que esté libre de inseguridad. Una es el yang de la otra. La primera más directa, más hedonista y estruendosa; mientras y la segunda más reservada, algo cínica y con una sensualidad desde las sombras, una sensualidad que Chlöe Sevigny sí que sabe maniobrar (Mi sueño es irme a vivir a la lentitud paradísiaca con la que Chloë Sevigny baja su parpado superior).
Como una suerte de sit com intelectual, con más chachara que acción, la trama las va siguiendo en su asistencia perfecta l boliche top del momento. El lugar se vuelve entonces una zona de desagote, de manera contenido, sin excesos, pero siempre útil como vía de escape. Vemos entonces algún que otro romance y algún puñado de celos. Algunas nimiedades típicas de la vida y alguna que otra inseguridad grosa de esas que llegan sin avisar.
Quien pudiera tener un soundtrack como éste escoltando 24/7 una porción de tu vida.
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