Todd Haynes | Estados Unidos | 119 min | 1995.
Safe es una película obsesivamente prolija e incómoda por igual. Todo es espacioso y al mismo tiempo opresivo. Acá tenemos a Julianne Moore interpretando a Carol White, la típica ama de casa de los suburbios de California que gasta su existencia haciendo ejercicio, ocupándose del diseño de interiores de su hogar, bebiendo gaseosas dietéticas y reuniéndose con otras amas de casas envueltas también en el frívolo juego de que lo externo es todo y lo interno, algo obsoleto y desconocido.
Desde el minuto uno, con un travelling nocturno que recorre las calles del barrio, el director Todd Haynes nos introduce a este micromundo de la clase media-alta norteamericana como si estuviésemos por ingresar a un sitio incómodo, peligroso. Como si estuviésemos por ingresar a una cárcel. El tono de esta secuencia inicial, veremos, se mantendrá a lo largo de casi toda la película haciendo de lo desconocido terreno fértil para la duda, la vacilación y el suspenso. El germen del conflicto es indefinido como el conflicto mismo. De un día para el otro, Carol comienza a experimentar una serie de ataques de pánico a los que ni ella ni ninguna de las personas que la rodea puede entender el detonante. Como si de pronto el oxígeno de la burbuja social en la que se encuentra no fuese suficiente.
Un drama hecho y derecho sobre la soledad, la enfermedad, los peligros medioambientales y la incógnita hueca que puede llegar a ser la propia existencia. Una película más que oportuna para estos tiempos confusos y con respuestas a medias.
Muy buena, recomendable