Rushmore [1998]

Wes Anderson es un director que siempre divide aguas. Hay quienes osan llamarlo diseñador de interiores de manera peyorativa por su obsesión con la simetría. Quién escribe, durante algún que otro tiempo formó parte de ese grupo. La única película que le validaba era The Royal Tenenbaums pero la ignorancia es así, te hace sentir seguro. La revancha se dio cuando presencié Isle of Dogs en cine, una hermosa película de un corazón gigantesco y que se escapaba de la carne y hueso que uno acostumbra. Luego, ya sin tantos prejuicios, me sumergí en Rushmore.

Esta es una película dirigida directamente a todas las personas que tienen un millón de sueños y que a pesar de todas las complicaciones que surgen en la vida nada les impide tirar la toalla. Perdedores hermosos, digamos.

Max es un joven que tiene muchas ideas pero ninguna las concreta hasta el final, esto se ve reflejado en los cientos de clubes que arma en su escuela local, Rushmore. El problema surge cuando producto de esto el director del establecimiento educativo amenaza con expulsarlo por no finiquitar ninguna cuestión y, para colmo, se enamora de una de sus maestras, lo cual lo lleva a tener comportamientos más que idiotas. Una feel-good movie algo agridulce por el tono de las actuaciones pero que te saca mas de una sonrisa a lo largo de su metraje

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