Lynne Ramsay si que sabe crear ambientes incomodos donde la esperanza dejó de existir hace mucho. ¡Y como no va a ser así si fue criada en la cruda Escocia de Thatcher!
El primer largometraje de la directora escocesa trae consigo mucho de esto. Existir en los bordes de una Gran Bretaña que profundizaba la concentración de la riqueza aun mas que nunca en ese corralito burgués llamado Londres.
La historia se narra durante una invasión de ratas que se dio durante el año 1972 en Glasgow y tiene como eje principal la visión de un niño que deambula por las fétidas calles de su barrio el cual se asemeja más a un campo de concentración que a un centro habitacional. Un drama puro y duro, que marida muy bien con el corto Small Deaths en el que la directora nos cuenta algunos de sus pequeños traumas.
Si te gustó We need to talk about Kevin, esta es una cita que tenias pendiente sin saberlo aún.
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