Martín Rejtman l Argentina l 1992 l 75 min.
Rapado es el primer largometraje de Martin Rejtman y abre puertas con Lucio, un flaco al que después de que le afanan la moto yira solo por las calles de Buenos Aires , tocando botones de arcades, charlando con su amigo, peleando con el pensamiento intrusivo de afanarse una moto. La egoísta idea que si a vos te cagaron, a otro le tiene que caber.
La sobriedad de Rapado no deja moralejas, sí una certeza invariable: nada cambia para nadie. A fin de cuentas, ¿qué tan lejos se puede huir de una vida en espiral? Mucho de Jim Jarmusch, algo de neorrealismo italiano y un tono absolutamente apático que hace imposible empatizar con los personajes, incluso juzgarlos por las acciones que cometen. Ellos deambulan por la ciudad, vagan por las escenas, sin personalidad, sin emoción, solo circulan. Y este tránsito cíclico los rebaja a la misma altura de los objetos que los rodean. Porque hasta los billetes, los cigarrillos, el reloj, la moto, los fichines, las anécdotas y las acciones, todo se extravía, todo circula porque no hay destino alguno donde realmente llegar.
Rejtman sobre Rapado declaró: "Cuando hice Rapado, sentí que el cine argentino tenía demasiado diálogo, y encima malo. Odio los adornos, odio el artificio, odio cualquier cosa que sea innecesaria, porque en realidad no hay nada más allá de la pantalla".
Soundtrack de Suarez, un cameo de nuestro amor Rosario Blefari y con actuación de Gonzalo Cordoba, ex-guitarrista de la banda.
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