Darren Aronofsky | USA | 84 min | 1998.
Patrones, algo con lo que todxs estuvimos obsesionadxs en algún momento de nuestra vida y que están todo el tiempo por todos lados en todo el mundo.
Aronofsky con una precisión estética que realiza gracias a grandes ángulos y secuencias de cámara que lo caracterizan (luego los reconoceremos en Requiem for a dream y sus demases films) nos muestra la vida a través de los ojos de Max Cohen, un deslumbrante matemático que quiere desencriptar estos patrones. En tal perturbación anímica como la obsesión, Max, en una onírica jornada, casi al borde la locura busca este número que resolvería todo.
Claramente Aronofsky sabía que quería, además de ya tener medio formada su estética nos lo demuestra y fundamenta con este surreal thriller psicológico inteligentemente guionado y dirigido.
Él tenía 29 años cuando hizo esta película, así que si estas por tu segunda década y frutadx por no haber hecho nada, estas a tiempo.
“THERE WILL BE NO ORDER, ONLY CHAOS”.
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