Humor, muertes e inverosímiles ante toda la solemnidad con la que hoy se escriben historias para quedar bien con todo el mundo. Esta es la última de Argento, quién con la ayuda de su hija Asia (quienes saben dicen incluso que se hizo cargo de gran parte del rodaje) vuelve a sus raíces con las que formó el genero giallo y las que sirvieron para que un montón de historias pudieran ser contadas.
Occhiali Neri va de una prostituta que queda ciega cuando escapando de un asesino serial se estampa contra otro auto y en dicho acto termina dejando sin familia a un pibito y a sus ojos sin visión.
Acá el suspenso recae en toda la ansiedad que generan las escenas oscuras y que el espectador tenga como recurso poder saber que carajo pasa alrededor de Diana. Si, el asesino es obvio. Pero la historia no apunta a eso, busca ahogarnos en la angustia que genera la oscuridad del ambiente así como de las facultades de la protagonista.
Una linda película para ver tirado en el sillón o en el colchón que tenes tirado en el piso hace años, disfrutando así del ocaso de un nuevo domingo que esta vez lo acompaña con un frente atmosferico helado que nos atornilla bajo nuestros privilegiados techos con internet.
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