Adentrarse en esta película es sinónimo de ingresar en el inconsciente de Luis Buñuel, aquel director español que supo llevar adelante como ningún otro el vanguardismo surrealista.
Le Fantôme de la liberté funciona como si a partir de una inyección ingresáramos en los conductos nerviosos que llevaron adelante toda la obra de Buñuel ya que es su anteúltima película antes de que el cáncer se hiciera dueño de su destino.
En el film no existe hilo conductor más que algún personaje que en el azar de existir se cruza con el próximo que tomará la posta para contarnos que es lo que pensaba el español sobre un abanico inmenso de temas. La estructura son 12 viñetas que se van enredando con el paso de los minutos acompañada de un gran humor cínico sobre la vida. Yendo a lo obvio, si David Lynch existe, su génesis está en la existencia de este director.
"El azar todo lo gobierna; la necesidad, que lejos está de tener la misma pureza, solo viene más tarde. Si tengo debilidad por alguna de mis películas, sería por El fantasma de la libertad, porque prueba a salir solo este tema." L.B.
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