La niña santa
Por @paolonifederico.
Lucrecia Martel l 2004 l Argentina l 106 min.
El sentimiento de extrañamiento. Extrañamiento como método desfamiliarizador de situaciones aparentemente cotidianas, el rechazo que produce darle una vuelta de tuerca a las convicciones culturales y sociales regidas en el entorno propio a través de un trance sensorial. Eso es lo revelador del cine de Lucrecia Martel. La niña santa no es una excepción.
Amalia es una adolescente que va a clases de catequesis y vive en un hotel con su madre y su tío. Un día, el doctor Jano se apoya sobre ella con fines sexuales, hecho que despierta en Amalia el deseo de salvar a ese doctor del pecado. Martel, entre asaltos de hipocresía y roces incestuosos, entre susurros de cotilleo niñato y griterío familiar, largos en la piscina y cánticos sacros, nos introduce en la inocencia pervertida de una adolescente invadida de lobotomía ideológica y adoctrinamiento religioso.
"Yo vivía en la anarquía del que se siente ligado a la divinidad. Pero me desvinculé por motivos científicos, políticos y religiosos" explica Martel en una de sus entrevistas. Quizás en La niña santa intentó volver a su “yo” adolescente, con sus arraigos y motivaciones, para poder retorcer un climaí cultural que sigue latente y advertir (en épocas tempranas del progresismo ideológico) las vicisitudes del culto católico.
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