Ingmar Bergman I Suecia I 90 min I 1960
Como bien determina el rape and revenge, la violación nunca es solo violación. La irrupción de ese elemento en la trama es un golpe abrupto que en su impacto desestabiliza los cimientos que sostienen ese universo. En The Virgin Spring, la violación es un antes y un después. Sacude como un terremoto la ternura del mundito medieval que construye Bergman para hablar de cosas que van más allá del cadáver violentado de la joven Karin.
La cuestión de clase es una de ellas y la más evidente. Quien le desea el mal es la criada. La pureza de Karin, trazada en su aura de princesa religiosa y virginidad intacta, contrasta con la furia y el odio silencioso de Ingeri, embarazada de un bebé bastardo y deudora del dios Odín. Se puede decir también que la escena de violación encarna en sí misma el choque de clases en cuanto los dos hombres que atacan y matan a la joven, si bien se presentan como pastores son más vagabundos que otra cosa. Finalmente, la venganza en manos del padre trae elípticamente la culpa cristiana al centro de la película. Y ante la culpa, en lugar de respuestas divinas, Bergman aplasta las súplicas con un fuera de campo sordo, mudo y mortuorio.
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