Rob Zombie l 2003 l USA l 89 min.
Rob Zombie pasó su vida criado y consumiendo horror, terror, gore y body horror para dar a luz esta hermosa obra cinematográfica ambientada en 1977, donde cuatro jóvenes viajando por Texas, se quedan sin nafta y paran en la estación de servicio, con entretenimiento mórbido del Capitan Spauldin, donde aprenden sobre una leyenda urbana, el famoso Doctor Satan.
Vísperas de Halloween.
La cubierta rota.
La noche llovida.
Un pueblo desconocido
Un futuro incierto.
Scify boys en un pueblo de hillbillys, obsesionados con asesinos seriales.
Al parecer, haber esnifado horror, a Rob Zombie le hizo regurgitar las mejores características del genero, en esta particular obra, siendo su primer película.
Zombie, no solo denota su influencia en fotografía del genero, si no que podemos reconocer que aprendió todas las partituras que Carpenter dejo flotando por este mundano universo para gritarnos un OST que nos tensa como rigor mortis.
Dualizando esto con consumo irónico de música, como una dulce melodía country mientras vemos atrocidades slasher en slow motion.
Ilusiones fuera de contexto y flashbacks editados en negativo con una cámara más tirada dibujan lisérgia malflashera.
Un doctor y sustancias que inducen miedo.
Rob Zombie, me atrevo a decir, reinventó el genero utilizando recursos visionarios para el 2003, donde pudo haber escrito una tesis de retrofuturología en cine de terror
Una carta de amor al horror de los 70s.
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