Resnais debe haber sido de los más pretenciosos directores que germinaron en Francia a mediados del siglo veinte y en este caso es un elogio, no cualquier persona que pide un latte con leche de almendras servido al revés tiene talento.
Esta es la vida de una actriz francesa que luego de filmar una historia pacifista sobre la Segunda Guerra Mundial queda la espera de volver a sus pagos pero se encuentra con un arquitecto japonés, quién sirve de amorío y para ir reviviendo el pasado del personaje interpretado por Emmanuelle Riva (si, la anciana de Amour, esa de Haneke) .
Con el típico sentido poético y disruptivo con el que se le clavo una daga al cine noir hollywoodense, Alan Resnais da el puntapié, según quién escribe, para que dos años después se cree una de las películas mas importantes de la historia para el surrealismo y esas hierbas que te dejan medio con la boca abierta y diciendo qué acabo de ver.
De todos modos, esta película la fui a ver al cine y el audio se desfasó de la imagen así que ustedes nos cuentan.
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