Hal Ashby | Estados Unidos | 1971 | 1h 31m
Tuvieron que pasar varios años para que la crítica revalorizara Harold and Maude (1971),
una rareza incomprendida cuando se estrenó y que tuvo su merecida revancha con el
tiempo, al menos para un público particular.
Protagonizada por Ruth Gordon y Bud Cort, decir que la película se centra en el vínculo
casual que entablan un chico obsesionado con la muerte y una anciana alegre y
despreocupada es sólo una generalidad: el vínculo reúne una polaridad entre todas las que
hacen a esta historia y desembocan en la polaridad mayor: la vida y la muerte. Mientras él ensaya muertes ficticias en su casa aristocrática, ignorado por una madre igual
de aristocrática y ensimismada, la octogenaria practica una felicidad tan anárquica como
contagiosa.
Entre la extravagancia y la solemnidad, la película nos lleva de un humor negro (que tiene
muchos puntos en común con el humor inglés) a escenas con un matiz de inocencia que
invitan a perderse en esa perspectiva naif. La banda sonora completa el cuadro de las
infinitas polaridades: un soundtrack compuesto enteramente por canciones de Cat Stevens.
Todo en esta película tiene el condimento de lo nuevo, de lo raro y de lo incategorizable, no
por nada fue una gran ¿influencia? posterior para Wes Anderson (mención aparte merece la
fotografía de John A. Alonzo).
Con sensibilidad y elegancia, Hal Ashby hace que en sus personajes se fundan las ganas
de vivir y las ganas de morir como una totalidad que adquiere un nuevo color: el de la
muerte en vida como condición para empezar a vivir.
escribió Victoria Maffía
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