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Fallen Angels [1995]


El desencuentro.


Hay algo en las películas de Kar-Wai que no para de acercarme a lo monocromático de mí. Díganme que a ustedes también les pasa.


Acá nos encontramos con historias cruzadas de personajes decadentes, desesperados  y desolados, transitando un contemporáneo Hong-Kong, muy oscuro, lleno de metal, vidrio y neón. Por un lado, tenemos a un asesino a sueldo cansado ya de su oficio, en búsqueda de un comienzo personal distinto, que de agente tiene a una mujer enamorada de el y del trabajo sucio que por el hace. Ellos no se conocen.


Después, aparece un joven mudo, que cumple con trabajos nocturnos mientras sortea duras cicatrices del pasado. A pesar de su dificultad para expresarlo todo, encuentra a una chica sufriendo el desamor, cargada de un montón de sensaciones que hacían cuerpo el silencio del pibe.


Hay una poesía irremediable, son los verdes mas esclarecedores, sus rojos mas condescendientes, los blancos y los negros con una impunidad de cámara que nos desencuentra, nos arrebata la ligereza con la que creíamos acceder de entrada al film.


Un paisaje experimental, con un gran angular de Christopher Doyle cargado de un protagonismo tal, que vos como espectador participas del experimento. Si bien hay una exposición hermosa de lo visual, la banda sonora es el condimento estético que termina de apagar muchas luces, da cierre, y es lo que angustia.


Para los que siguen el trabajo del dire, acá lo tienen en estado puro, y bruto. Sin pulir. Leí por ahí una frase con la que se describe al Wong Kar-Wai de los noventa: “Aún no quería susurrar, solo golpear, ser joven.”


Escribió @antiseteo.


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