John Boorman I Estados Unidos I 141 min I 1981
La LUZ wachooo. Es una locura en mayúsculas. Creo que nunca vi algo así. Es como si la hubiesen sacado de una sabol y espolvoreado en puntos concretos de la imagen cosa de elevar a la enésima potencia todo el mito del Rey Arturo y el mago Merlín. O bueno, como si la hoja plateada de Excalibur no soportase tanta energía contenida y tuviese que desdoblarse, fundar algo, gestar un mundo nuevo a partir de ella. Uno medieval y hermoso, lleno de sexo, coraje, serpientes y conjuros abominables.
Y sí, puede que la narración de mil vueltas y se abra una y otra vez hasta acordarse hacia donde iba. Que los decorados no resistan el paso del tiempo (léase: invasión de CG). Que las peleitas de guerra sean poco al lado de la trilogía de The Lord of the Ring o que los actores se corran de eje en cada línea de diálogo pero bueno, son ellos, los que estuvieron a los espadazos adentro de un traje que es como una latón de metal gigante, asique respeto.
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