top of page

Eternal Sunshine of the Spotless Mind [2004]




Tarde pero seguro. Probablemente si la hubiese visto en mi adolescencia el impacto emocional hubiese sido más certero y menos racional. Para quienes naufragamos en las medianoches de 2011 y 2012 en Tumblr, rebloguear un gif, una imagen o una burda frase de Eternal Sunshine of the Spotless Mind parecía ser un must. Por eso, medio que siempre la pasé por alto, la negué y de Donnie Darko preferí sumergirme directo en películas más deep y menos naif.


Qué equivocado que estaba. Acá había una historia conceptualmente compleja y elocuentemente narrada. Sin vueltas. Una historia de esas que solo el cerebro poliédrico de Charlie Kaufman puede contar. Sin esta película, no habría cine indie. No habrían chicas con pelos de colores ni misfits con problemas de sociabilización. 500 Days of Summer, Scott Pilgrim vs The World. Todo ese mood doloroso de acordes mayores (cine isatero para no dar tanta rosca) definitivamente parte de acá. Eternal Sunshine of the Spotless Mind o una oda a la nostalgia, la perdición y el sentimiento glacial de una generación atada al recuerdo. Una generación postdosmil a la que la estética tipo videoclip le calzó al hueso para ilustrar su evanescencia, ese estar y no estar, esa intermitencia insatisfecha del humane posmoderne. El lema es simple pero duro como el hielo: todo lo que pasa por el hipotálamo en realidad se desvanece en el aire. La condena de todo lo que alguna vez amaste es derretirse bajo un sol de invierno.


Comments


bottom of page