James Signorelli I Estados Unidos I 96 min I 1988
Para les amantes del cine clase B, para les que no se toman tan a la ligera las cosas, para les que le sonríen con sorna a los políticamente correcto, para los que aman los monstruos, los vampiros y la noche impoluta (cuanto más cerrada, más habitan los fantasmas). Para todos ellxs nada mejor que esta puerta de entrada para conocer a la reina de la oscuridark y lo inmoral. Nada mejor que la mismísima Elvira.
Hablar e incluso compartir en la actualidad a Elvira, Mistress the Dark puede significar meterse en un terreno cenagoso. Es que en dos o tres escenas uno se da cuenta que el film sería imposible de realizarse hoy en día. Al primer primerísimo primer plano de sus pechos, se sabe que queda cancelada. El humor que pretende ser gracioso, tambalea entre lo sonso y lo burdo. Los chistes de doble sentido son una constante y la cámara bebe de ello. Pero sabemos que aunque su cuerpo esté exageradamente sexualizado y sus curvas sean la mira donde el cerebro diminuto de los hombres (babosos siempre) no pueden dejar de apuntar y posarse, Elvira es más que eso en cuanto es consciente de ello y lo usa a su favor. Aprovecha la boludez mental de los hombres ridiculizándolos y dejándolos como lo que realmente son: un par de estúpidos adictos a las formas redondeadas.
Con lo cual, reafirmo que Elvira es más que eso. Es actitud punk y envoltorio gótico. Es el corazón gris de Siouxsie Sioux cruzado con la estética explotaition de Tura Satana. Elvira es lo que tus tías no quieren que seas: un agujero negro que deglute todo el cine clase B y lo sepulta en lo profundo de su escote. Por eso, Amamos a Elvira y arrodillados ante sus pálidos pies le rendimos pleitesía.
Nos la dieron de baja por lo que no se encuentra online.
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