Durante los 90s y sin dejar de tener algún tipo de dialogo con el cine de George Romero, que se extendería con su principal saga por varias décadas y algo de Sam Raimi y su Evil Dead, el director neozelandés Peter Jackson, previo a pasar a crear los maravillosos blockbuster por los que alcanzó su máximo reconocimiento, incurriría también en el mundo de los zombies.
Braindead lleva el sello del director desde un principio ya que el génesis del conflicto parte de una aventura ¡Y quien mejor para conectar estos dos mundos!
Lionel Cosgrave es un personaje sometido a una especie de edipo con su progenitora a la que nunca abandona y por la cual entrega gran parte de las horas de su vida. Hasta que conoce Paquita, una joven del pueblo donde vive, la cual toma la iniciativa de invitarlo a salir. La primera salida se da en un zoológico donde una rata sumatra muerde a la madre de Lionel y la empieza a transformarla lentamente en un desagradable zombie.
Luego de este excelente planteo del conflicto, donde la rusticidad de los efectos especiales para crear a ese mamífero inexistente, se da por comienzo, previo a un segundo acto lleno de humor con zombies convertidos en mascotas, a un festín de asesinatos y sangre derramada de a cientos de litros, a partir de la infección de todo el pueblo por la irrupción del personaje mas grotesco de todo el largometraje.
Braindead o Deadalive, por como la quieras llamar es cine de culto y alto tan genuino que nunca te olvidaras de los personajes y más teniendo en cuenta que los principales actores, antes y después, tuvieron en un escueto paso por la pantalla grande.
Diversión, gore y amor al cine. Bravo, bravisimo.
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