Mandy Stein & Ben Logan I Estados Unidos I 104 min I 2012
Desde los Red Hot hasta los Beastie Boys. Desde Fugazi hasta Nirvana mismo. La influencia que tuvieron los Bad Brains en toda la escena alternativa de los noventa es innegable. Cuatro negros aterrizando como un relámpago en el epicentro burocrático de los Estados Unidos para darle un chispazo de velocidad a un punk blanquito que empezaba a perder energía. En palabras de Henry Rollins "hicieron parecer a Ramones como una banda dormida". Y la frase no puede estar más en lo correcto. Miren el CBGB '82 y ahí está todo. El virtuosismo distorsionado de una guitarra educada en el jazz fusión acelerada como nunca. Un frontman único en la historia del rock que equilibraba la anarquía iracunda de un joven de veinte años con un mensaje positive vibration adquirido junto a todo el paquete rastafari después de haber visto a Bob Marley en vivo. Los Bad Brains eran tan físicos como espirituales. Se convirtieron en precursores del hardcore ahumando sus set list con microdosis de reggae y oraciones a Jah.
El documental es importante porque cuanta una historia que merecía ser contada hace mucho tiempo. Está el recuento de sus inicios, están sus protagonistas hablando a cámara, están las anécdotas que giran alrededor de cada disco y un abanico de artistas a los que la banda le sacudió la cabeza. La biografía se va contando sola hasta que la enigmática figura de HR empieza a absorber la atención. Y no es para menos, ya que hablar del ascenso y caída de los Brains supone entender el ascenso y caída de su cantante.
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