Aprovechando el contexto actual de la Argentina, donde se encuentra en avance la legalización de una de las mayores deudas que tiene la democracia con las personas con capacidad de gestar como lo es el aborto, les traemos una visión cruda y realista de la clandestinidad de esta practica.
La nueva ola rumana surgida a comienzos del siglo se encargó de hacer un retrato sobre la transición que tuvo dicho país entre la caída del régimen sovietico de Ceaușescu y la entrada de los países de Europa del Este al espejismo de colores conocido como libre mercado.
Es de público conocimiento que la URSS fue el primer país en aprobar la intervención voluntaria del embarazo en el año 1920 luego de la revolución del proletariado a comienzos de siglo XX. A pesar de esto, luego de la Segunda Guerra Mundial, algunos países del bloque, como es el caso de Rumania, optaron por retomar la prohibición de esta práctica sosteniéndose en que la crisis generada por uno de los hitos bélicos más grandes de la historia había disminuido la natalidad de la nación, motivo por el cual el dictador Ceaușescu decidió prohibir esta práctica acuñando la necesidad de aumentar la población y poniendo a la mujer en el degradante rol de la obligación de gestar contra su voluntad en pos de un nacionalismo idiota. Solo es necesario reflexionar sobre dos de las medidas más coercitivas en la temática: controles ginecológicos obligatorios en áreas de trabajo y multas para mujeres solteras de más de 25 años.
La historia que cuenta Cristian Mungiu reflexiona sobre la clandestinidad a la que se obligó a muchas personas gestantes a mediados de los años ochenta a la hora de realizar esta práctica, por una prohibición que solo trae más desigualdad y muerte por la simple idea de tomar una decisión sobre su cuerpo. El director ofrece un relato crudo y de colores fríos influenciado por la estética soviética.
En el amanecer de este viernes, Argentina se vio envuelta de una gran noticia como lo es la media sanción a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Un gran paso para empezar una reparación histórica de los estados para con un gran porcentaje de la nación.
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