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35 Rhums [2012]



Escribió @vic.maffia.


En los suburbios de París, en el inalterado orden de lo cotidiano como el cenit de la

armonía, pasan sus días Lionel (Alex Descas), un padre viudo, y su hija Josephine (Mati

Diop).


Una coreografía de acciones y gestualidades son suficientes para mostrar que el universo

del vínculo es tan propio como excluyente, y en la delicadeza de los actos (y tactos) se traza

un código tan sutil como incógnito.


Que se trate de personas afrodescendientes no es un dato menor para narrar una historia

donde el cuerpo comunica tanto más que la palabra. En las películas de Claire Denis, el

cuerpo funciona como territorio que expone el concepto de otredad, cuerpos que se mueven

en coreografía, entre márgenes y entre ellos mismos (como ya lo hizo en Beau Travail,

1999).


En 35 Rhums, la comunicación entre los cuerpos tiene su apogeo en la maravillosa escena

del bar donde Lionel, Josephine y dos amigos se refugian de la lluvia luego de que el auto

se les quede varado. Una secuencia de baile donde la cadencia de la cámara logra captar

en las gestualidades todo lo no dicho, todo lo que no saben cómo decir y todo lo que se

aproxima a un duelo.


En un logrado homenaje a Late Spring, de Yasujirō Ozu, Claire Denis demuestra saber

perfectamente cómo narrar la complejidad de los vínculos, cómo aludir lo que atraviesa la

sangre y emerge en la superficie como flores que brotan de un suelo prohibido, como lo es

el vínculo entre un padre y su hija.


Mención aparte merece la banda sonora compuesta por la música de Tindersticks.


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